Okabe, Kurisu, Mayuri, Daru, Moeka, Nae, Suzuha, Faris, Lukako... Elenco de esta obra de arte en forma de videojuego que se desarrolla en el famoso barrio de Akihabara. En Japón. Por si acaso.
Desde el principio sabemos a lo que nos enfrentamos. Una novela visual pura y dura. Sabemos que debemos leer y leer y leer. Y en inglés además. Con sus tecnicismos. Nos asusta un poco al principio, sí, pero el contexto y su historia se entienden perfectamente. Y qué historia. Madre mía. Superamos los primeros compases ante tanta letra inglesa y nos metemos en el meollo de su desarrollo.
Nuestro protagonista, Okabe, es un científico un tanto especial. Se autoproclama él solito como un científico loco. Enseguida reúne a unos amigos y a otros que no lo son tanto, con un único propósito. Con un microondas van a crear una máquina que es capaz de enviar emails al pasado. Sí como suena. Un artefacto que poco a poco irá dándoles más quebraderos de cabeza. Y ahi se va complicando todo. Daru es un superhacker y Kurisu una renombrada científica con lo cuál el desarrollo del invento esta garantizado. Mayuri dará todo su apoyo emocional como gran amiga de la infancia de nuestro prota. Maravilloso personaje. De veras. Y asi empezaremos una historia de viajes al pasado. Viajando entre distintas lineas temporales. Muy bien trenzado todo, desde la perspectiva de Okabe. Nos hará pensar. ¿deja vu? Tal vez. Los personajes tienen una personalidad muy marcada. Con referencias otakus como en el caso de Daru y todo tipo de clichés japos a los que estamos acostumbrados en este tipo de títulos procedentes del país del sol naciente. Y nos gusta. Y nos enamora. La historia nos llevará por unos derroteros inesperados con sus giros que nos dejan con el culo torcido en más de una ocasión. Para ello contamos con 6 finales distintos. Digamos uno por personaje por así decirlo y un true ending brutalisimo. Al que llegaremos de una manera muy sencilla. Y a la vez complicadilla. Porque todo se basa en responder los mails que nos llegan a nuestro teléfono móvil de una manera u otra. O no responder. Al igual ocurre cuando alguien nos llame. O contestamos o no. Y así iremos por diferentes caminos en un flowchart bastante directo, eso sí, que con la estrategia de saves pertinente y, porqué no, una guía, platinaremos el titulo fácilmente. La jugabilidad es esa básicamente, contestar o no, o que responder en nuestro teléfono. Artilugio imprescindible a lo largo del juego. Como digo, el flowchart fluye fácil y prácticamente te lleva a los diferentes finales con un orden. Hacedlo así y veréis que gozada y satisfacción descubrir qué se esconde detrás de cada personaje. No faltan las idas de olla de nuestro científico loco que dará el toque cómico en alguna ocasión y que agradeceremos porque el guión nos hará tener algún que otro momento lágrima. De esos que miras a otro lado y suspiras bajito para que no se te noten los ojillos húmedos. Un toquecito ecchi y tenemos el cóctel japonés completo. Respecto a todo lo dicho, lo mejor es darle una vuelta o dos a tu rollo y descubrir lo que venga. Para el true ending os aconsejo una guía para evitar agobios. Y así saborearlo dulcemente porque lo merece. De verdad. Con la opción auto las conversaciones las pasamos en minutos y vamos directos a los momentos importantes. Donde debemos sacar el móvil y... Pues eso. Decidir.
No he entrado mucho en los viajes entre lineas temporales porque no quiero spoilear nada pero el desarrollo del guión, igual un poco lento al principio como suele ser en estos títulos, es de serie. Una obra maestra a mi juicio, que comparten gran número de twitteros amantes de Vita y que conforman una comunidad exquisita. Y sabia en esta lides.
Por decir algo de la banda sonora, acompaña bien en todo momento. Distinguiendo momentos duros y graciosos. Se deja escuchar sin problema. Y respecto al apartado técnico nada destacable. Imágenes fijas con algún movimiento que otro y unas CG muy bonitas y bien diseñadas que nos explican los diferentes finales. En conjunto luce muy bien. Y es un juego perfecto para nuestra Vita. Le sienta como un guante.
En definitiva estamos ante una novela visual de las que marcan a uno. De las que te hacen reflexionar sobre muchos temas. Te hacen llorar. Incluso reír. Muy pero que muy chulo. Obra maestra muy japo en su esencia que gustará tanto a fans de las novels como a los nuevos. La barrera del inglés como siempre puede ser un problema. Pero si sabes aunque sea un poco, atrevete y dale una oportunidad. No te defraudará, y mantendrá tu curiosidad por saber más durante las 30 horas que te puede llevar descubrir su mundo. Y su cúlmen.
Lo dicho. Amor en estado puro. Y sacrificio. Y amistad. Y dolor. Impotencia. Delicia absoluta.
A la espera de Steins gate 0.