Retrobarcelona. Barcelona Games World. Año 2016.
Sacude mi infancia ese halo nostálgico que allí se respira. Curioseando todo lo habido y por haber, dentro del cubículo en que me encuentro, diviso a lo lejos un stand pequeñito. No son videojuegos, ni consolas,ni tazas. Me acerco pausadamente como quien no quiere dar un paso en falso y ser cazado. Dos chicos muy firmes tras una mesita. Atisbo dos revistas encima. ¡ cazado! Pensé. Mi fetichismo videojueguil supera mis propios límites, se sabe. Se nota. Tras saludarnos muy educadamente me invitan a profundizar tras esas maravillosas portadas de los ejemplares que se erigen ante mí. Y lo hice. Y así surgió el flechazo. El true love. Descubro un tesoro. Descubro Gamereport. Y adopto ese par de tomos. Puzzles y Líneas enfrentadas. Me despido y recibo una sonrisa cómplice y su agradecimiento sincero.
De vuelta a mi cotidiano mundo me dispongo a catar mis adquisiciones. Primero y suavemente abro Puzzles. Un inmenso mundo de saber surge página tras página. Párrafo tras párrafo, letra tras letra, todo fluía ante cual deliciosa melodia tronando dentro de mí. Mi incursión en Líneas enfrentadas fue de frente. Sin sigilo posible. No habia tregua. Era mi tesoro y debía disfrutarlo sin esperas. Hasta las entrañas me absorbió. Poesía en todo su esplendor. Un arcoiris de literatura abrazando este arte que tanto nos apasiona. Una redacción inteligente, directa, atemporal en todo su conjunto, que te hace sentir. Estoy enamorado, pienso. De la revista. De sus paginas. De sus autores, en definitiva. Mi pasión, como se aprecia, es tal que me hago con los ejemplares en papel que hasta el momento actual nos han regalado. Y sigo ganando la apuesta. Doblando la satisfacción cada vez. Cuento a cuento. Toneladas de saber, regadas con la pasión de unos apasionados y la semilla germina. Floreciendo hermosa para nuestro deleite.
Pocas palabras lanzadas como homenaje a las personas que hacen posible rosas tan bonitas como Gamereport. Gracias por su buen hacer y dedicación. Por llevarnos a mundos lejanos, y nostálgicos para algunos. Sólo con el poder y la fuerza de la letra. Por extensión sirva también como homenaje para todos los que, como ellos, hacéis posibles estos retales de felicidad tan grandes.